VAMOS A VIDEO VENDER CON "MAXI VENTAS"


Máximo Vaca, más conocido como “Maxi Ventas”, nació el 7 de julio de 1959. 


Debutó como vendedor a los 22 años y cerró su primer negocio el día en que Italia se coronaba tricampeona del mundo en España 82.

 

Ese año, el Dr. Hernán Siles Zuazo asumió la presidencia de la República en medio de una frágil democracia, con una difícil situación social, económica y política. Bolivia estaba quebrada, lo que desencadenó en una hiperinflación de 27.000%.




“Yo me consideraba un vendedor bien equipado: tenía un maletín pintudo, una bonita agenda, un bolígrafo fino, reloj -para llegar siempre a tiempo-, una calculadora, una linda corbata, un libreto ganador, una ruta y una actitud positiva”, cuenta Don Maxi, mientras comparte que la clave de sus ventas estaba en el contacto humano, en la mirada amigable y en el apretón de manos firme. “Llegar ‘al jefe’ era complicado, pero no imposible si tenías una caja de chocolates”, dice con una sonrisa.


 

En la década de los 90, el país clasificó al Mundial y hubo un repunte notable en la economía. Se puso de moda vender por teléfono y hacer grandes presentaciones para captar clientes. Se tomaban fotografías, se grababan vídeos y apareció el famoso fax.  



“Mi jefe tenía un speech único, hipnotizaba a los clientes y las ventas caían solas. Nos sentíamos estrellas y lo disfruté mucho, porque siempre me gustó hacer negocios con estilo. Lo grave era tener todo listo para la presentación: micrófono, parlantes, proyector, diapositivas, puntero, iluminación apropiada, formularios de seguimiento… no era poca cosa”, recuerda don Maxi.





Francia venció a Brasil en la final del mundo de 1998 y, una semana después, Don Maxi recibió un teléfono Nokia, como parte del equipamiento para ejecutivos comerciales de la División de Empresas. 


“En 20 años aprendí a utilizar computadoras, fotocopiadoras, scanner, código de barras, agenda electrónica, cámara fotográfica… y, cuando pensé que dominaba todo, apareció el celular. De repente, aquello que jamás había sido necesario se volvió imprescindible”, se sincera. ¿Fue difícil?, le consultamos. “Es cuestión de adaptarse. Para ese entonces yo era un vendedor experto y estaba muy motivado. Las herramientas cambiaron, pero el objetivo seguía siendo llegar al cliente y ‘hacer lo nuestro’”, comenta con nostalgia.

 



Don Maxi se pasó la década viajando y moviéndose mucho. El teléfono se convirtió en una extensión de su cuerpo y, solo se ‘desprendía’ de él para responder e-mails y visitar clientes. 





“Los teléfonos eran cada vez mejores y más pequeños. Recuerdo cuando mi jefe llegó con una ‘Palm’, agenda y teléfono con conexión a internet: pensé que era el juguete soñado. Luego vino Blackberry y nos embrujó con la mensajería instantánea”, dice.

 

Don Maxi recuerda vívidamente el lanzamiento del primer iPhone, en julio de 2007, y la aparición del Android Apple Pie 1.0. Los teléfonos ya no tenían botones y eran inteligentes, un salto cuántico en la carrera de un vendedor quincuagenario.

 

“Como podrá notarlo, soy fanático del fútbol. Entonces, el mundial de Sudáfrica 2010 lo seguí desde la comodidad mi escritorio, mirando las actualizaciones de los partidos a través de una aplicación con mi espectacular Samsung Galaxy I. Aprendí a sacarme fotos a mí mismo y me acostumbré a andar con el cargador en el bolsillo”, revela el personaje, soltando una carcajada.


 


En 2014, Don Maxi viajó a Brasil para presenciar en vivo y en directo la cita mundialista. Cuenta que, aunque estar en el lugar y disfrutar del ambiente fue una experiencia maravillosa –que no cambiaría por nada-, en ese momento no dejaba de pensar en todos los partidos que se estaba perdiendo y que pudo haber visto a través de la pantalla de su televisor.


“Creo que algo parecido sucede hoy con las ventas. Todos tenemos la posibilidad de estar en muchos lugares por medio de una buena comunicación virtual o de estar en un solo lugar, presencialmente. Es cuestión de elección”, reflexiona Don Maxi.








Evo Morales aún era presidente de Bolivia cuando fue nombrado "entrenador" del equipo de ventas de su compañía. “Y ahí estaba yo, a mis 60 años, con la misión de enseñar a un grupo de milenials cómo vender”, puntualiza.


 

¿Y qué le pareció el reto?, le preguntamos. “Las posibilidades para los vendedores son infinitas. Tienen un montón de recursos tecnológicos a su disposición que les permiten contactarse o, mejor dicho, conectarse con cualquier persona, desde cualquier parte en cualquier momento”, responde.





 

Las redes sociales, internet banda ancha, wifi, smarphones,  GPS, equipos de videoconferencia, zoom, Skype y un largo etcétera son solo herramientas para lograr el objetivo, que sigue siendo el mismo: conectar con el cliente.


 “Estamos ante un mundo que ha puesto todos los recursos a nuestros pies. Debemos aprovechar la oportunidad y sacarle partida. La ventaja competitiva no está en el speech de ventas… está en la manera en la que le haces llegar el mensaje a tu amigo, a ese que llamas cliente”, recomienda, mientras subraya que su nombre es “Maxi Ventas” y que está aquí para enseñarnos a todos a ‘video vender’.

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