MADRE
Cierto día un agricultor muy sabio quiso plantar una semilla única y especial.
Antes de plantarla debía elegir muy cuidadosamente el terreno y prepararlo con cuidado.
Luego, enterró la
semilla y permaneció pendiente durante más de 30 semanas.
Al cabo de aquel
tiempo, observó un pequeño y frágil retoño.
La tierra
alimento y refugió a la pequeña planta.
Mientras el
retoño crecía vino la lluvia y la tierra se mojó y se formaron charcos de lodo.
Pero la planta continuaba aferrándose a la tierra y la tierra continuaba
sosteniendo la planta.
Luego vino el
viento, y soplo con gran fuerza, pero la tierra sostuvo a la planta y la planta
se aferró más y más.
Pasaron las
estaciones, el tiempo cambió y la planta continuó creciendo fuerte e imponente.
Sus raíces se aferraron más a la tierra y esa unión perfecta dio como resultado
un imponente árbol.
Ese árbol dio fruto,
dio sombra y albergó decenas de aves en sus ramas.
La tierra es la
madre, que lleva en su vientre la débil semilla, protege el retoño de cualquier
tempestad y entrega la vida sin objeción ni reproche.
El hijo amado
crecerá como el imponente árbol, dará fruto, sombra y será refugio para otros
seres.
El buen árbol,
cuando crece, protege a su madre de la lluvia, del viento y del sol.
Un buen árbol,
cuando crece, deja caer su fruto para alimentar a su madre.
Un buen árbol,
cuando crece, es el orgullo de la madre que dio su vida por él.
¿Ahora comprendes por qué es tan importante una madre?
Si la tierra se rinde, la planta se marchita y el fruto se pierde.
Un mundo sin madres sería un desierto, un páramo sin vida.
Por la vida que
tenemos…..gracias mamá
Hermosa historia, me encanto!!
ResponderEliminarGracias :-)
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