LA FABULA DEL ÁGUILA Y EL HALCÓN

Cierto día, el águila, conocida por su gran sabiduría, por su alto vuelo, su velocidad y su hermosura, decidió que podía ser aún mejor....



Entonces estudió la naturaleza, leyó algunos libros y se paró a meditar en la punta del monte más alto.

¿Cómo puedo ser mejor? - se preguntaba
¿En qué debo mejorar? - se decía a sí misma

Llegó a la conclusión de que la única manera de saber en qué mejorar era preguntándole a todos los demás. Entonces extendió sus alas y comenzó a volar, buscando a quién hacerle un par de preguntas:
¿En qué crees que yo debo mejorar? ¿Dime algo, en la que yo pueda ser mejor?

Entonces se encontró con el cóndor, que volaba a la misma altura que el águila, pero no era tan veloz, ni tan sabio, aunque sí era muy astuto.



El cóndor le explicó que a muchas aves le molestaba su sabiduría, porque no estaban preparados para aceptar sus consejos y comentarios, entonces debía aprender a guardar sus opiniones, así le caería mejor a los demás.

Luego se encontró con el cuervo, que por cierto le tenía mucha envidia al águila.

El cuervo le dijo: 
Tu vuelo es mus alto, a nadie le gusta volar tan alto, por eso siempre estás sola. 
Vuelas muy rápido, nadie te puede seguir el paso, por eso nadie te sigue. 
Sabes muchas cosas, y a nadie le gustan los sabiondos, por eso nadie quiere hablar contigo.



Un poco perturbada por todas aquellas observaciones, el águila partió en busca de un lugar lejano para meditar y comprender cómo era posible que sus mayores virtudes sean para los demás sus principales defectos.

Allí se encontraba el águila, sumida en sus meditaciones, cuando de pronto, sintió la mirada penetrante del halcón peregrino.


¿En qué meditas, amiga mía? - Le preguntó.

El águila le explicó que estaba en medio de un camino de superación y que quería mejorar en algún aspecto de su propio ser. Le contó lo que le habían respondido el cuervo y el cóndor, y por eso estaba meditando, para ver de qué manera iba a encarar aquellos cambios.

De pronto el halcón le respondió:

Amiga mía, ciertamente le preguntaste a las aves equivocadas, porque ellos no quieren que seas mejor, lo que quieren es que estés a su nivel. Tu vuelas más alto, porque debes ver el mundo desde arriba, para tener mejor panorama, porque tu destino es gobernar entre las aves del cielo y tu sabiduría es útil para saber qué hacer cuando otros solo tienen dudas y temores.

Entonces ¿En qué debo cambiar? - preguntó el águila.

Debes aprender ¡A VOLAR MÁS RÁPIDO, PARA QUE PUEDAS ALCANZARME!


Es muy común escuchar frases cómo por ejemplo: 

"Él jamás va a cambiar" o "Así soy yo, nunca cambiaré" y cosas por el estilo.
Pero lo cierto es que todas las personas nos encontramos en medio de un permanente cambio, podemos cambiar físicamente, mentalmente, espiritualmente, nuestros cambios pueden ser notorios o imperceptibles, podemos cambiar de golpe o poco a poco....pero cambiamos.

Muchas personas se resisten al cambio, a otros les encanta romper el molde.

Hay diferentes tipos de cambios y distintas motivaciones para hacerlo.

Es bueno revisar las motivaciones que tenemos para realizar cambios en nuestra vida.

Por ejemplo: ¿Qué motiva a una persona a ponerse en forma, hacer ejercicio, comer saludable, inscribirse a un gimnasio? 

Quizás sea un asunto de salud, en cuyo caso la motivación es "no morir" o "no enfermar"
También podría tratarse de un tema relacionado con el autoestima, sentirse bien y verse bien.
O tal vez quiere verse bien para agradar o gustar a otra persona.

Muchos de los cambios que efectuamos en nuestra vida son  influenciados por nuestro entorno, por nuestros amigos, padres, familiares, parejas, hijos, etc.

Lo malo de cambiar a conveniencia de los demás es que corremos el riesgo de perder nuestra propia identidad y convertirnos en lo que no somos, lo cual tendrá sus consecuencias a largo plazo.

Por otro lado, es normal que nosotros mismos actuemos como agentes de cambio, aconsejando o influyendo en los demás para que actúen según nuestra conveniencia o nuestro modo de pensar, y lógicamente nos desagrada cuando alguien no se comporta como pensamos que se debería comportar.

Hay una zona gris entre aceptar a las personas tal y como son, con sus defectos y virtudes o impulsar a las personas a cambiar y mejorar (porque vos no podés saber que es lo mejor para los demás, ya que no tienes el panorama interno de lo que siente o piensa la otra persona, solo conoces tu punto de vista).

Por otro lado, para tomar cualquier decisión, es normal que los seres humanos pidan consejo.
Y ahí esta la clave: Elije bien a quién le pides consejo, escucha atentamente y luego podes hacer lo que te de la gana cuando te de la gana.

ESCUCHA EL PODCAST AQUI















Comentarios

Entradas populares de este blog

LLUVIA DE METEORITOS EN SANTA CRUZ !!!!

Me formaré buenos hábitos y seré esclavo de esos hábitos.

VIAJERO DEL TIEMPO