LUCES Y SOMBRAS
En un lugar muy
lejano, en algún punto del tiempo, existía un mundo imaginario. Un mundo
habitado por dos seres mágicos.
Uno se los
seres se llamaba RESPLANDOR y el otro se llamaba PENUMBRA. Los habitantes de
este mundo mágico podían acercarse a uno u otro dependiendo de su afinidad.
A los
habitantes que pasaban más tiempo junto a RESPLANDOR, se les conocía como "Luceros" y a los que pasaban
más tiempo junto a PENUMBRA les llamaban "Sombras".
Los Luceros
adquirían un singular brillo que iluminaba el camino por donde andaban.
Desde lejos podías notar que se aproximaba un lucero, ya que todo a su
alrededor se iba iluminando. Era prácticamente imposible que un Lucero pase
desapercibido entre la gente.
Las Sombras por
el contrario pasaban inadvertidas, se juntaban entre ellas y no les gustaba
sobresalir. Cuanto más tiempo pasabas entre las sobras te hacías cada vez más
invisible.
Las Sombras
encontraban en la oscuridad un refugio para poder hacer lo que quisieran sin
ser observados o criticados.
A las Sombras
les gustaba vivir en la oscuridad y a los Luceros les encantaba recorrer el
mundo iluminando todo a su paso. Lo malo era que a menudo, cuando un Lucero
pasaba al lado de una Sombra inmediatamente la iluminaba y la dejaba expuesta a
la vista de todo el mundo.
No había cosa
más incómoda para una sombra que ser expuesta por un Lucero....
Las Sombras,
molestas con los Luceros por exponerlas en sus acciones ocultas urdieron un
plan para quitarle el brillo a los Luceros.
Elegían un
Lucero, lo rodeaban con su oscuridad y comenzaban a lanzarle tierra y piedras,
así le quitaban su brillo, luego se le aproximaban lentamente y lo cubrían con
un manto oscuro. Cuando solo quedaba un brillo tenue, las Sombras lo abrazaban
y lo convertían en su semejante.
Con el tiempo,
las Sombras se encargaron de difundir la idea de que brillar era malo, de que
el RESPLANDOR era una mentira y que la manera correcta de vivir era en la
PENUMBRA.
La oscuridad
creció en aquel planeta hasta el punto que tan solo quedaban pequeñas luces
fugaces, algunas antorchas y unas cuantas lámparas abandonadas.
Un día, en
medio de la oscuridad casi absoluta, inició una tormenta, una tormenta capaz de
apagar toda la luz del mundo.
Una tenaz antorcha,
se resistió a morir y subió a lo alto de una torre y desde allí comenzó a
brillar con todas sus fuerzas convocando a todas las luces del mundo.
A lo lejos,
todas las luces pudieron ver que la antorcha parpadeaba, llamándolas para
unirse y brillar.... ¡BRILLAR EN MEDIO DE LA TORMENTA!!!
Un Faro, que
guiaría a todas las luces del mundo
Un Faro que
enviaba el mensaje de resistir, brillar y permanecer
Cuando las Sombras
atacaban a los Luceros en el camino de la vida, estos tan solo miraban hacia el
Faro.... resistir y brillar, permanecer y continuar ….
Quizás en algún
punto de nuestras vidas fuimos brillantes Luceros dispuestos a iluminar el
mundo y de pronto algo pasó que apagó para siempre nuestro brillo.
Desde pequeños
estamos expuestos a las circunstancias de la vida…Sombras que nos echan tierra
y tormentas que pretenden destruir nuestro mundo.
Tal vez en
algún momento te hubiese gustado ser invisible y esconderte. Quizás te sientes
más seguro en la oscuridad, donde nadie puede verte, donde nadie puede
alcanzarte.
Con frecuencia,
los seres humanos se alegran con las desdichas ajenas, incluso existe un término
en alemán que lo expresa con exactitud "Schadenfreude".
El
Schadenfreude es la alegría que sientes cuando las cosas le salen mal a
otro.
Pero, otras
veces, ese sentimiento de alegrarse con la desdicha ajena evoluciona a "provocar la desdicha ajena".
Es muy simple,
para causarle daño a una persona solamente necesitas usar el arma más letal del
cuerpo humano: "LA LENGUA".
Inventas un
chisme, haces correr un rumor, expones los defectos de alguien, hablas aquí y
allá; hablas despacito, como en secreto, sembrando dudas, rencor y
discordia....
Con tan solo
una frase puedes destruir la reputación de una persona, puedes iniciar una
pelea entre hermanos, puedes dividir familias, puedes acabar con la vida de
alguien.
Generalmente el
origen de los chismes o rumores se produce como consecuencia de un sentimiento
de envidia por las virtudes o logros de otro.
La verdadera
envidia es desear que "el otro" (el envidiado) no tenga lo que tiene,
o de que no sea verdad lo que tiene...que su éxito no sea cierto.
Cuando LA
ENVIDIA se apodera de una persona, de inmediato busca desmerecer los logros
ajenos.
La persona
envidiosa simplemente no puede soportar que otro sea mejor, más inteligente,
más capaz, más esforzado más bonita o más simpático.
En la religión
católica, la envidia es ni más ni menos que un pecado capital y está
representada por un demonio que se llama Leviatán.
En la mitología
griega la diosa Envidia es en realidad la fusión de Némesis (diosa de la
venganza) y Ptono (diosa de los celos)..
Esto nos
muestra que el envidioso sientes celos y quiere vengarse... y una manera de
vengarse es inventar chismes y rumores para dañar la imagen de esa persona ante
los demás.
La buena
noticia se da por lógica...
Si hablan mal
de ti, es porque quieren vengarse de ti, porque sienten celos, porque tienen
envidia...
sienten envidia
porque hay "algo" que estas haciendo muy bien, algo en lo que
destacas, algo en lo que brillas....
Las
personas-sombra siempre buscaran echarte tierra, para apagarte, porque no
soportan tu brillo, porque cuando tu brillas los expones y los sacas de su zona
de comodidad en la oscuridad.
Y también
llegarán a tu vida tormentas, que quieren destruirte..... y ahí en medio de la
tormenta debes brillar más, y mostrarle a los demás la Torre, la
Fortaleza.
No te escondas
en la comodidad de la penumbra, sal y resplandece..... me sienta bien que
ilumines mi camino.
Una nota brillante !!!
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